La obra de Sanchis se mueve en un terreno incierto. Diríamos que necesariamente incierto. La investigación de la teatralidad como elemento sustancial y diferencial de lo que entendemos por «teatro» lleva a cuestionar lo que entendemos por entendimiento con el espectador y los límites de este entendimiento. La reformulación de las reglas del juego (escénico) es la premisa inicial, el punto de partida. Este hecho implica que las reglas del juego ya han sido formuladas y que están establecidas. Por lo tanto, la indagación no se dirige a revisar aquellas reglas; ni a mirar de abolirlas. El verdadero juego dramatúrgico consistirá en pervertirlas, al forzar su interpretación hasta que se conviertan ambiguas, ambivalentes. Las dos obras que ofrecemos son ejemplares en esta «perversión».
LES BENVINGUDES
Tras superar un riguroso proceso de selección, cinco bailarinas descubren que tienen que bailar en una sala desierta para una voz anónima. Allí cerradas, deben seguir sus instrucciones, ejecutando coreografías relacionadas con el enfrentamiento, la seducción, los sueños personales… Se trata de una obra en la que la danza y la música -aunque no explícitamente- juegan un papel determinante y desarrollan el tema de la relación entre vida y arte, y entre arte y poder.
PERDUDA ALS APALATXES
En un Ateneo de un pueblo de provincias cualquiera, se hace una conferencia sobre las paradojas y las pasarelas espacio-temporales. El acto se convierte en una clase práctica de física cuántica cuando el auditorio se traslada a los Apalaches y la conferenciante comienza una historia de amor con un hombre que encuentra por los pasillos, en este caso, de un hotel de Praga.